Quedarse encerrada en la casa no es una opción.
Pero si eres de las playeras que no disfruta la montaña. Ni siquiera para aprovechar de quemarse con la silueta de las antiparras 🏂 Entonces, como muchas, debes estar pensando:
A dónde ir?
En este post te daré 3 ideas, como esta:
Porque por mucho que amemos la playa, no está el clima como para pasar horas tomando un baño de viento 💨
Y la temperatura es suficiente sólo para la que quiera seguirle los pasos a Bárbara, la Sirena de Hielo 😅
Pero …
Aunque el invierno no suena como una época playera, resulta que varias veces he podido pasarlo regio escapándome a algunas playas en particular.
(Y obvio, voy a dejar fuera las playas tropicales o en el hemisferio norte. Esas son opciones demasiado evidentes.)
El desafío difícil es:
“Si tuviera que quedarme en Chile y quisiera ir a alguna playa estas vacaciones de invierno ¿A cuál ir?”
Aquí te cuento de 3 playas que ha valido la pena visitar en invierno y por qué.
Matanzas
Parece una mala opción para el invierno.
Esta playa es famosa por su viento. Entonces, a menos que hagas windsurf, pareciera ser mejor alejarse de ella cuando hace frío.
Pero hay 3 razones que me han hecho volver varias veces en julio o agosto:
1. Los hot tubs
En este pequeño pueblo de la sexta región pareciera que todos se hubieran puesto de acuerdo para poner un hot tub.
Apostaría que el 80% de las casas en Airbnb tienen uno.
Y que el 80% de esos son de madera y calentados por leña.
Entonces, si arriendas una casa y te aseguras que tenga uno, imagina esto:
Te pones tu bikini que ya estabas extrañando, abres la puerta y corres a sumergirte en el agua caliente.
Te cubres hasta los hombros y dejas que tus músculos se relajen.
Se te quedó algo - algo importante -. Gritas hacia el interior de la cabaña y en unos minutos sale tu media naranja con una cerveza helada en la mano.
Te llevas un sorbo a la boca y ves como el vapor se condensa en el vidrio helado de la botella.
Se está poniendo el sol. Llega él / ella con otra botella en la mano, se sumerge al lado tuyo y chocan los vidrios haciendo un salud.
Miran abrazados cómo el sol toca el mar y el horizonte se tiñe rojo, naranjo y morado.
Si eso no te convenció. Mira algunas fotos de la visita que hice a la zona el mes pasado:
2. Los pisco sours de arándanos
Para mi matanzas es sinónimo de 2 cosas: tinas calientes y pisco sours bien fríos (bueno, de más cosas… pero esas son como imperdibles)
Los últimos, en un morado intenso.
Si vas al hotel Surazo, puedes tomarte uno preparado por el Johny, acostada en una reposera en la arena. Incluso tal vez al lado de una gran fogata, si es durante el atardecer.
Mientras estás ahí, puedes preguntar por esa vez que se me quedaron las llaves dentro del auto después de surfear y un chico del hotel hizo lo que pudo tratando de abrirlo con todo alambre que encontró. O de esa vez que una pareja loca se casó en la arena, entre las rocas.
3. Comida y cafés ricos a pasos de la playa (o en la playa)
Hay que reconocer que no hay demasiados restaurantes y cafés; y que los que hay son caros.
Pero usualmente la calidad acompaña a ese precio.
En mis viajes he acumulado un largo listado de brebajes y golosinas consumidas en la playa misma o justo frente a ella. Tanto en Matanzas como Pupuya.
Espressos, americanos, helados, pizzas, risottos, pescados, volcanes de chocolate, ceviches, hamburguesas, mozzarellas …
Cuando me ataca el espíritu sibarita, me dan ganas de hacer una visita a la zona, que está a menos de 3 horas de mi casa en Concón (lo mismo desde Santiago).
Pichilemu
También en la 6ta región.
También un lugar que pensarías que sólo un surfista podría querer visitar en invierno.
Pero con tanto surfista, Pichilemu ha tenido que crear locales y alojamientos para todos ellos. Y ahí está la magia: es un pueblo de playa tranquilo y pequeño, pero con muchos hoteles, cabañas, airbnbs, restaurantes, cafés, tiendas y demás cosas choras.
Ideal para intercalar unas caminatas en la naturaleza, seguidas de entrar a algún local a tomar un cafecito caliente cuando ya no aguantes el frío.
Aquí he hecho algunas actividades que sería difícil encontrar en otras partes:
- Mirar un campeonato de olas gigantes, con Ramón Navarro, Merello y compañía cabalgando sobre monstruos de 10 metros.
- Comer ostras recién sacadas del río en Cahuil (y luego apañar a un amigo que por comerlas en exceso terminó vomitando en la noche).
- Encontrarme con una de mis surfistas Chilenas favoritas y pasarle un exfoliante Kafi para que lo pruebe 😍 (Junto con ver un campeonato internacional de Surf sólo para mujeres y teñir mi propia polera en la playa como parte de las actividades del receso)
- Y surf… pq es realmente difícil venir a Pichi y no meterse al agua… Yo que tú, lo pruebo 😛
Bahía Inglesa
A pesar de que en Bahía Inglesa y sus alrededores se encuentran algunas de las playas más bonitas de Chile, la infraestructura no es muy buena.
Pero si vas en invierno, te encontrarás con poca gente.
Eso significa que tendrás disponible para ti los mejores alojamientos y a mejores precios.
También hay algunos restaurantes bien buenos.
Algunos de mis mejores recuerdos de mi visita en invierno fue ver la puesta de sol detrás de la playa de Bahía Inglesa, tomándome una Parihuela (sopita peruana harto wena la verdad).
Y hay una gran ventaja: a pesar de estar en la 3era región, llegar es muy fácil y rápido si estás cerca de un aeropuerto. Desde Santiago el vuelo son menos de 90 minutos y el aeropuerto de Copiapó está en realidad más cerca de Bahía Inglesa que de Copiapó.
Si te gusta surfear, lleva tu tabla.
En mi último viaje, subí mi tabla al avión, en el aeropuerto arrendé un Peugeot Partner (si, un pan de molde), tiré mi tabla en el cajón atrás y partí a una ola secreta.
No iba preparada para lo que ví: resulta que llegué justo para una de las marejadas más grandes de la década. A las 7 de la mañana del día siguiente corrieron unas olas perfectas, de 3 metros, en una playa con apenas 3 surfistas en el agua (pero en realidad yo no fuí ninguno de ellos porque me dio cuco 😅 Mi marido sí aprovechó).
Por último, otra ventaja es que es muy poco probable que te llueva.
A menos que seas yo …
Mira, no sé si una bruja me puso un hechizo o algún dios tribal me dió un don, pero más de la mitad de las veces que he pisado el norte, llueve.
Tuve que evacuar San Pedro de Atacama un día antes de mi viaje porque la lluvia amenazaba con cortes de camino.
Una vez en Copiapó tuvieron que cambiarme de pieza en el hotel, porque la mía no había sido diseñada para el aguacero que cayó.
En Antofagasta, no había llovido hace años. Llego yo y parte el show. Un grupo de 12 niños que venían saliendo del colegio se pusieron a aplaudir ante la emoción del espectáculo.
Y esa vez que fui a Bahía Inglesa en Invierno. Llovió.
No creo que a ti te pase lo mismo…
Conclusión
Cuando eres alma playera y amas la playa, es difícil pasar medio año esperando a que vuelva a salir el sol.
Y no es necesario.
Hay algunas playas con actividades perfectas para el invierno.
Puede ser comer algo rico en un restaurant con un rico fuego, ver el atardecer dentro de una tina de madera caliente, surfear olas invernales o tomar un café frente al mar.
Y hay 3 playas que se robaron mi corazón en temporada “baja” hahah, las he visitado en invierno y en verdad, valieron full la pena:
- Matanzas
- Pichilemu
- Bahía Inglesa
¿Cuál otra playa chilena recomendarías tú para el invierno?
Nos vemos en la playa y en el próximo artículo! 💕
Salty Fran
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¡Me encantó! Me dieron unas ganas locas de ir a estos tres lugares, sin importar que estemos en invierno. ¡Gracias por los datos tan completos!
Me encanta!!! Que buenos datos!!! Se guarda este post si o si :)
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